miércoles, noviembre 01, 2006

Política exterior: motor de los candidatos en elecciones de mitad de

Política exterior: motor de los candidatos en elecciones de mitad de
período en EE.UU.

(Demócratas y republicanos se preocupan por los mismos asuntos, de
diferente modo) (1360)

Por Lea Terhune
Redactora del Servicio Noticioso desde Washington

Washington - Las elecciones de mitad de período atraen atención cuando hay
mucho en juego, como es el caso en 2006, y cuando los temas de política
exterior son significativos para los dos partidos políticos mayoritarios.

En esta atmósfera fraccionada, los 435 escaños de la Cámara de
Representantes y un tercio del Senado están en juego, además, 36 estados
elegirán gobernador. Las elecciones podrían cambiar el control político del
Congreso.

Las elecciones de mitad de período de 2006 son destacables no sólo porque
el control del Congreso podría pasar de un partido al otro. También es la
primera elección en muchos años en la que los temas que impulsan las
campañas son la política exterior de Estados Unidos, incluyendo la guerra
en Iraq y la guerra contra el terrorismo. Además, hay preocupaciones
internas importantes relacionadas con la política exterior, tales como los
suministros energéticos y la seguridad del país.

Los temas dominantes entre los estadounidenses exigen atención de ambos
partidos políticos, pero cada partido tiene su propio enfoque. Los
demócratas pueden destacar un tema que los republicanos consideran
irrelevante. En ocasiones, un tema es tan relevante, que no puede
ignorarse.

¿REFERENDO SOBRE EL PRESIDENTE?

Larry Sabato, director del Centro para la Política de la Universidad de
Virginia, lo resumió de esta manera para el Servicio Noticioso desde
Washington: "La elección de 2006 gira alrededor del presidente Bush y la
guerra de Iraq".

Cada partido critica al otro por lo que se percibe como errores en la
política. Los candidatos republicanos "son adeptos a la receta de Bush para
Iraq, mientras que los demócratas insisten en que Estados Unidos no debería
haber entrado y debería retirarse sin más - aunque no se mencionó una tabla
cronológica" dijo. Los demócratas destacan la corrupción en el Congreso
mientras que los republicanos hablan del tinte progresista que cubrirá el
Congreso si los demócratas se convierten en mayoría.

"La verdad es que ambos partidos son capitalistas, ambos apoyan un
presupuesto equilibrado y responsabilidad fiscal en la teoría, pero no en
la práctica, y ambos se oponen firmemente al terrorismo" explicó Sabato.
"En cuanto a los temas sociales, no podrían estar más lejos uno del otro".

Robert J. Lieber, profesor de asuntos gubernamentales e internacionales en
la Universidad de Georgetown resumió el tema de la campaña democrática como
que "hay una necesidad de cambio" y dijo que los demócratas "son críticos
de lo que perciben como defectos de la política exterior de la
administración Bush". También quieren ciertas reformas económicas a nivel
nacional.

Lieber dijo al Servicio Noticioso desde Washington que los republicanos
"están dando importancia a la seguridad y la guerra contra el terrorismo, y
sostienen que los demócratas no tienen la fortaleza y resolución para
enfrentarse a estas amenazas letales con carácter internacional.

"También es interesante que aunque los demócratas critican la situación en
Iraq, no están promoviendo una retirada inmediata de las fuerzas de Estados
Unidos y de las de la coalición. Están argumentando varios tipos de
recalibraje, o repliegues limitados o nuevos despliegues, pero la mayoría
de los candidatos demócratas reconocen que un repliegue completo
probablemente causaría una situación peor que la actual", explicó.

ECONOMÍA, PERIODOS DE MANDATO, E INMIGRACIÓN

Además de subrayar la importancia de la guerra contra el terrorismo, los
republicanos tienen confianza en "buenas cifras de crecimiento económico,
el mercado de valores y la competitividad" dijo Lieber. Los demócratas
hablan de la costosa y pobremente dirigida guerra de Iraq y de que "las
ganancias económicas han estado concentradas entre los sectores más
acomodados".

Lieber añadió que los demócratas también operan en "el clásico enfoque de
dos partidos que Estados Unidos ha tenido durante siglos, que no es otro
que el de 'sacar a los villanos'". Cuanto más tiempo está un partido en el
poder, más probable se hace la aplicación de políticas contenciosas que
incrementen el deseo de cambio de un público insatisfecho.

Algunos expertos en política esperaban que la inmigración, un tema que
afecta tanto a la política exterior como a la interna, se convirtiera en un
tema de campaña mucho más grande de lo que ha sido. Esa falta de énfasis se
debe "en parte a la división en los partidos" dijo Lieber. "La inmigración
es un tema complejo con varios ángulos y no ha habido consenso en ninguno
de los partidos sobre como enfrentarlo".

Lieber concuerda con Sabato en que parte de esta elección tiene que ver con
Bush: "Los demócratas han intentado convertir la elección en un referendo
sobre la presidencia de Bush", contando con la baja aprobación que las
encuestas reflejan sobre el presidente. Pero, como Lieber especificó,
"especialmente para la Cámara de Representantes, hay 435 elecciones
distintas, no una elección respecto del presidente en sí".

Los republicanos están intentando alcanzar a estos pequeños electorados.
"Lo más importante es tocar temas concretos para cada distrito en cada
estado" dijo al Servicio Noticioso desde Washington Josh Holmes, portavoz
del Comité Nacional Republicano. "En Iowa se preocupan por temas muy
diferentes a aquellos que conciernen al electorado de Arizona". Pero en
general, dijo, los temas más importantes para los republicanos son "los
impuestos, la economía y la seguridad nacional". Este último epígrafe
incluye materias internas tales como los programas de vigilancia de
terroristas, legislación sobre interrogatorios y detenciones, y defensa de
misiles.

Pero los hechos pueden cambiar las percepciones del electorado. "Después de
terminar la guerra fría, la política exterior desapareció del cuadro de
importancia o relevancia en la política estadounidense", dijo Lieber. Estos
temas con frecuencia influyeron en los votantes durante la guerra fría,
pero después de esta, su importancia decreció. La política exterior ganó
mas importancia que los temas morales o sociales después de los ataques
terroristas del 11 de septiembre de 2001.

"Hay razones para pensar que la política exterior continúa teniendo
importancia y que podría tener gran influencia para que los votantes
sopesen lo que van a hacer", dijo.

IMPACTO POTENCIAL DE UN CAMBIO EN EL CONTROL POLÍTICO DEL CONGRESO

¿Qué pasará después de las elecciones? "Hay que separar el discurso de la
realidad", explicó Lieber. Si los demócratas ganan control de una o ambas
cámaras del Congreso, el control del gobierno -el Congreso y la Casa
Blanca- estará políticamente dividido. "Eso no es inusual. Durante casi la
mitad de las últimas décadas hemos tenido un gobierno dividido" dijo, y
citó las administraciones de Clinton y Reagan como ejemplos.

"Los demócratas pueden conseguir que una propuesta sea aprobada en la
Cámara de Representantes, pero si no tienen control del Senado, es probable
que nunca pueda ser aprobada en esa cámara, y si en última instancia
obtuvieran ambas cámaras, el presidente podría ejercer su derecho de veto"
dijo. George Bush ha utilizado el veto una vez en seis años, con el
Congreso controlado por los republicanos; con un Congreso controlado por la
oposición, Clinton ejerció el derecho de veto 37 veces y Reagan lo hizo 78
veces.

En tales condiciones, explicó Lieber, "los demócratas tienen el poder de
dar publicidad a los temas, investigar por medio del llamado proceso de
supervisión, proponer legislación". Para el presidente, el éxito dependería
de su capacidad para trabajar de modo bipartidista.

"Las diferencias partidistas sobre política exterior son hoy más
importantes que lo que fueron en la guerra de Vietnam" dijo Lieber. "Está
por verse si será posible lograr la cooperación entre los dos partidos,
dadas las fuertes personalidades de los líderes de ambos partidos en el
Congreso".

"Los republicanos querrán apoyar al presidente Bush en la mayoría de los
temas, como siempre lo han hecho", dijo Sabato. "Bush establecerá la
agenda". Si los demócratas ganan el control, "aprobarán inmediatamente un
incremento del salario mínimo y reglas más estrictas para los grupos de
presión". Estuvo de acuerdo en que Bush "usará su veto con frecuencia, y no
se hará mucho, al menos en los temas de fuerte carácter divisorio".

"El estancamiento no es necesariamente malo" dijo Sabato. "Limita los
excesos de los gobiernos y los partidos".

Para más información, véase Elecciones de mitad de período 2006 (
http://usinfo.state.gov/esp/home/topics/democracy_human_rights/elections.html
 ).

(El Servicio Noticioso desde Washington es un producto de la Oficina de
Programas de Información Internacional del Departamento de Estado de
Estados Unidos. Sitio en la Web: http://usinfo.state.gov/esp)
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RODRIGO GONZALEZ FERNADEZ
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