lunes, abril 24, 2006

FALACIAS DE LA AUTORREGULACION & RESPONSABILIDAD SOCIAL

Alvaro Andón - http://alvaro-andon.blogspot.com

Se define la autorregulación como el proceso voluntario de control y monitoreo interno que tiene una organización con capacidad para el análisis real de las situaciones, con fines de hacer una autocrítica para llevar a cabo y de manera flexible los correctivos de lugar. De otra manera, puede decirse que es ajustarse de manera voluntaria a las normas y leyes impuestas en una sociedad.

En la actualidad, este término está asociado en la forma en que las corporaciones privadas y los gobiernos desean manejarse, entendiendo que la sociedad debe de darles un voto de confianza. En el ámbito empresarial, este concepto está estrechamente vinculado con la responsabilidad social (corporate social reponsibility), el medio ambiente y las relaciones públicas.

El Dr. Milton Friedman en su libro Capitalismo y libertad indica que ”En una economía libre hay una y sólo una responsabilidad en los negocios: usar los recursos y embarcarse en actividades destinadas a incrementar los beneficios, siempre que uno se mantenga dentro de las reglas del juego, es decir, en un sistema libre, competitivo, sin engaños ni fraudes”. Como es lógico, la organización es pensada para obtener beneficios, por lo que la autorregulación de cualquier sector o industria no es aplicable en ningún caso.

El profesor Peter Drucker retoma el concepto de la responsabilidad social e indica que la razón de que exista una empresa es para crear un cliente, sin embargo, él va más allá de sólo tomar en cuenta el beneficio y la creación de valor para los accionistas. En su artículo “La nueva sociedad de organizaciones” indica que: “El resultado de la responsabilidad social es también inherente en la sociedad de organizaciones. La organización moderna tiene y debe tener mucho poder social.” Para más adelante indicar: “Cada organización tiene que asumir completa responsabilidad sobre su impacto sobre los empleados, el ambiente, los clientes y cualquier cosa o persona a la que afecta. Esta es su responsabilidad social.” Por último dice que: “Tiene que haber personas responsables para que se alcance la misión de la organización, su espíritu, su ejecución, sus resultados. La sociedad, la comunidad y la familia pueden tener "líderes", pero sólo las organizaciones reconocen una "dirección". Y mientras la dirección tiene que tener una considerable autoridad, su papel en la organización moderna no es mandar, sino inspirar.”

Se puede estar de acuerdo con el profesor Drucker, sin embargo, la responsabilidad de la empresa es con los accionistas y en muchos casos puede haber conflictos de intereses respecto al tema social, de salud pública, de medio ambiente, entre otros. Por lo que la autorregulación sería un concepto platónico.

A partir de la década de 1990, la globalización ha auspiciado la fusión repetitiva de compañías, por lo que ahora la existencia de monopolios, o en algunos casos de oligopolios, es algo normal en las diversas industrias. Existen casos desde los productores de “commodities” como el petróleo y sus derivados, o las que producen materias primas para otras industrias. También las productoras de alimentos o medicinas hasta las empresas de servicios financieros o de informática.

Aunque estos hechos han tenido un gran impacto, pues se han descubierto carteles dentro de industrias oligopólicas que fijaron precios en detrimento de los consumidores (caso de las vitaminas en el año 1999), en los últimos años han habido relajamientos en las normas antimonopólicas de los países desarrollados, por lo que cada vez existen más casos donde es imposible sostener que la autorregulación puede funcionar.

Otros casos, son los que ocurren hoy en día en la industria farmacéutica norteamericana, donde la FDA (Food and Drug Administration) ha sido benigna en la aprobación de una serie de productos que al poco tiempo las empresas han tenido que retirar por probados efectos secundarios que atentan contra la salud del que los utiliza. En décadas anteriores no existían, por parte de la F.D.A., estos tipos de aprobaciones de productos vía un “fast track”. Los motivos que han esgrimido al relajamiento de las normas es supuestamente por la vocación autorreguladora de la industria, sin embargo la misma ha sido un dolor de cabeza recurrente para las autoridades norteamericanas.

También, han sucedido casos donde la misma F.D.A. ha tenido que involucrarse en asuntos de campañas publicitarias de productos farmacéuticos
donde ha existido una práctica recurrente de poca ética al presentar atributos a productos que no los tienen o simplemente ubicarlos por encima de la realidad clínica.

Para finalizar, quiero indicar que este concepto no solo se aplica a las empresas privadas, pues vemos que algunos gobiernos suponen que pueden autorregularse. Esto viene dado a que sus ideólogos piensan que lo saben todo. Para estos casos, como los hechos ocurridos en el pasado reciente de nuestro país durante el período del año 2000 al 2004, cuando las organizaciones nacionales no pudieron ser capaces de regular los destinos en que se encaminaba el país, necesariamente existen como consecuencia a la falta de los primeros, organismos internacionales como la O.N.U. o el F.M.I., que son los que en última instancia corrigen las desviaciones producidas por los “autorreguladores”.

Definitivamente la autorregulación es una falacia, pues nadie puede ser juez y parte a la vez, por lo que es necesario de organismos reguladores comprometidos en la defensa de los intereses tanto de los consumidores como el de la sociedad en general. Por supuesto, todo dentro de la estructura de libre mercado.

 

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